Caminaba cerca del río y me encontré con un viejo amigo sentado en un banco, mirando al infinito.

– ¿Qué te ocurre querido amigo ciudadano? Te veo triste y apenado.

– Ciudadano Liberal.- me contestó con altanería.

– Disculpa, liberal, no quería ofender.

– Pues mira es que “somos los mejores” pero no nos quieren y somos tan necesarios como el comer. No lo entiendo.

– Hay muchas cuestiones encerradas en esas aseveraciones.-Me senté a su lado y comencé a hablar como si no hubiera un mañana tal que así:

En Ciudadanos piensan que son los mejores despreciando al resto de partidos: el bipartidismo es malo malísimo, como un cáncer que mata poco a poco el país, Vox es el demonio y Podemos también y los dos son populistas. Los naranjas son los únicos liberales, son guapos, listos y no necesitan abuela. Están por encima de ellos y sí, incluso “mean” Chanel.

En Ciudadanos no entienden por qué la gente no los quiere. Piensan que tienen un discurso maravilloso, el mejor de todo el espectro español y además están convencidos que España les necesita. Es un convencimiento tan grande que, a veces, puede resultar enfermizo. Si alguien no te quiere tendrás que analizar y pensar que algo no estás haciendo bien. No sé, algo, un poquito. Porque obligar a alguien a que te quiera… eso es de cárcel. Hay que ser muy humilde para darse uno cuenta de que quizá no se está en posesión de la verdad. Quizá te equivocas, quizá tu análisis no es correcto, quizá no seas tan guapo ni tan listo y quizá los demás no sean tan tontos.

En Ciudadanos son tan soberbios que se sienten por encima del bien y del mal, se atreven a dar lecciones a los demás como si fueran mejores y eso la gente no lo acepta. ¿Quién te crees tú para darme lecciones a mí? ¿De qué? ¿De transparencia? Si has salido en los papeles con mil historias desde primarias amañadas hasta enchufismo en estado puro que ni PP ni PSOE se hubieran atrevido a mantener y tú lo has hecho, y lo sigues manteniendo. Y eso es CORRUPCIÓN. Por tanto, tu discurso sobre la corrupción no vale. Sí… sí… está claro que nadie te ha condenado, pero te recuerdo que tú subiste el listón tan alto en este asunto que hoy se te mide por el listón que tú mismo estableciste, no por el de los demás.

Dices que eres necesario para el cambio que necesita el país. No sólo eso… Prometiste cambiar este país, darle la vuelta como a un calcetín y años después mantienes el mismo discurso. Te justificas con que no has gobernado pero por otro lado te vanaglorias diciendo que gobiernas en un sinfín de municipios, diputaciones e incluso comunidades autónomas. ¿Correcto? Bien, pues… ¿Y qué ha cambiado en todos esos sitios? Piénsalo, pero ojo con la respuesta. Si tu contestación es lo que has ido vendiendo en los medios de comunicación ya te avanzo que estás liquidado. Si el cambio de Ciudadanos es mejorar la economía, el empleo, incluso una mejor gestión y bla bla bla, siento decirte que eso es lo que ha prometido el PP siempre. Tú, Ciudadanos, prometías otra cosa. ¿Recuerdas? Cambiar España. Si cuando gobiernas el resultado es cumplir las promesas del PP… Houston tenemos un problema.

Hablas de meritocracia y talento, de gente preparada y de los mejores. Y sigues dando lecciones. Los demás son un nido de enchufados y tú eres como la paloma de la santísima trinidad: blanca y pura. Pero la gente no es tonta y ve como en su pueblo, una concejal enchufa a su amiga del alma, y tú lo sabes, lo permites y lo mantienes. Ese pueblo o ciudad, ya lo tienes perdido porque vuelvo a repetirte que tú dices que eres el partido de la meritocracia. Pero ojo, en el pueblo de al lado pasa lo mismo, y en otro y en una Diputación donde se repartían los cargos y los sueldos como si fuera una agencia de colocación y en otra ciudad, y en otra. Esto es el municipalismo. En los pueblos se sabe todo. Este es el palacio de Ciudadanos, un palacio público y notorio. Una de dos, o desconoces esta realidad o la conoces y no haces nada para cambiarlo. Juzga tú qué es más grave… la gente lo hace.

Dime qué discurso tienes y te lo desmontaré en un momento. Al final es cuestión de credibilidad, no de contenido del discurso. De credibilidad y de humildad y por eso no te quieren.

Primero: Deja que sea yo el que juzgue lo que es bueno o es malo. No quiero que me impongas tu pensamiento. Dices que eres liberal y sin embargo me acosas diciendo que tu pensamiento es el correcto y el de los demás es incorrecto. Otra contradicción. Déjame que decida yo, te dejo que me manipules un poco, que me enseñes el camino pero el paso lo daré yo… si quiero darlo.

Segundo: La credibilidad se gana con hechos, dices una cosa y tus hechos deben refrendarla, así se gana la credibilidad. ¿Prefieres mantener a los enchufados, en la mayoría de ocasiones gandules y vagos? Si es así, cambia de discurso.

Tercero: Valentía para afrontar cambios. Si no eres valiente en tu partido, ¿cómo vas a afrontar los cambios que quieres hacer en el país? ¿Tienes miedo a que se vaya más gente y se traslade una imagen de descomposición? Siento aguarte la fiesta. Esa sensación, esa imagen, ya está instaurada en la sociedad, esa batalla está perdida. Cuando había que luchar, los que hoy se ponen medallas estaban escondidos esperando el fin, ahora salen en fotos vendiendo un marketing barato comprado a base de publicidad, y dicen que son los más que más de Ciudadanos. ¿Tienes miedo a perder financiación? Si el dinero marca los tiempos de tu proyecto político será mejor que cierres directamente el partido. Afronta cambios y demuestra a la sociedad que tú lideras los cambios, que eres capaz de hacerlos. Si no eres capaz de hacerlos en tu casa…

Conclusión: Necesitas que te tomen en serio. Necesitas recuperar credibilidad. Necesitas valentía. Mírate en el espejo y no creas que lo que te devuelve es lo mejor del mundo. Recuerda que existe una vida de apariencia como una manzana brillante que muerdes y suena arenosa, insípida de paladar y rancia en el pensamiento. Tu eres esa manzana brillante y lustrosa y lo malo es que la gente ya la ha mordido una vez. ¿Crees que así, sin más, volverán a morder la misma manzana?

-Espero querido amigo no haberte molestado. Se supone que eres liberal ¿no? Escucha y acepta lo que otros tienen que decir. Espero que sigas saludándome por la calle, ¿o me vas a considerar tu enemigo y me vas a poner a parir en tu partido? Es lo que suele pasar, listas negras, eres conflictivo, eres tóxico. Sea como fuere, no olvides una cosa: quienes han hundido el barco, difícilmente van a ponerse a reflotarlo ahora, de hecho estoy convencido que no quieren hacerlo. Pero eso… otro día.

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