Prohibir es siempre el fracaso de la educación, al menos eso me decía mi madre. Cuando la gente hace sus necesidades en la calle y sigue haciéndolo, pues al final hay que prohibirlo y multar por ello. No deberíamos, pero se hace porque no hay más remedio. Esto significa que hemos fracasado educando porque convendrán conmigo que “mear” en la calle es una guarrada y no debe hacerse. Si piensas lo contrario, mejor que dejes ya de leer este artículo.

No me gustan las prohibiciones, creo en la libertad de las personas, creo en una sociedad adulta y soy un ferviente seguidor del prohibido prohibir, ese lema del mayo del 68 en París que estremeció al mundo y esa estrofa de una canción de Bumbury. Es curioso como quienes se han arrogado la bandera de la libertad históricamente sean hoy los máximos defensores de las prohibiciones y las imposiciones. Esa superioridad moral de la izquierda…

Está claro que si es el “rico” el que impone las prohibiciones, es un cerdo capitalista al que hay que colgar del palo mayor, y si es el “proletariado” el que las impone es un salvador al que hay que venerar. Utilizo las comillas para indicar que hoy el rico ya no es tal y el proletariado tampoco… pero así nos entendemos en este lenguaje del ellos, ellas y elles.

La izquierda de este país ha fracasado, hoy esta más cerca del comunismo que de la socialdemocracia. ¿De quién depende la fiscalía?, ¿Se acuerdan? Pedro Sánchez en una entrevista en la que le replicaba al entrevistado con esa pregunta… ¿De quien depende la fiscalía? El entrevistador entrevistado respondió… del gobierno y Pedro Sánchez le replicó un escueto y directo: Pues eso. Siguiendo la lógica del presidente del gobierno, y no se crean que es fácil… ¿De quien depende este gobierno? Piénselo. De podemos (comunistas), de Otegi (terrorista), de ERC (independentistas)… Pues eso.

Esto es lo que tenemos y que nadie cuente otras historias. Me rio yo de los barones socialistas, esos que levantan la voz para decir que no están de acuerdo con esos apoyos, y se les conceden titulares y se les regalan altavoces pensando que eso debilita al PSOE. No es cierto, forma parte de una estrategia política más vieja que el tebeo. Esos “barones” son una pata más del PSOE para recoger a esos socialistas de bien que se escandalizan por esos apoyos, y estos barones les sirven de coartada. Yo voto al PSOE pero al PSOE de Felipe González, o de Vara, o de Page. MENTIRA!!! Son los mismos que la socialista Chivite en Navarra que pacta con Otegi. Sin embargo así mantienen un espectro político amplio que va desde la izquierda radical donde mora Pedro Sánchez hasta el centro de esos barones.

¿Quieren hacer daño al PSOE? Ataquen a esos barones. Olvídense de Pedro. Dejen de darles oxigeno en sus respectivas comunidades, no existen dos PSOEs. Sólo hay uno que juega a dos bandas, el PSOE es un partido que desde que se fue Felipe González nunca ha puesto los huevos en la misma cesta, pero por encima de todo son socialistas incluso por encima de ser españoles, lo llevan en el ADN.

Hoy España es un país donde el Estado puede intervenir los beneficios de las empresas y lo hace. ¿Socialdemocracia o comunismo? Ahora son las eléctricas, mañana pueden ser los tuyos o los beneficios de tu jefe y recuerda que si le tocan los beneficios, quizá necesite menos trabajadores.

Vivimos en un país donde te persiguen por hablar la lengua con la que te educaron tus padres, un país el que no puedes elegir la educación de tus hijos, un país donde mi voto vale más que el tuyo, un país donde según hayas nacido el Estado invierte más o menos en ti, un país que me dice lo que tengo que comer, la publicidad que puedo ver y la que no. Un país que me dirige cómo tengo que pensar y confisca a mis hijos puesto que pertenecen al Estado. Un país en el que nos obligan a pagar impuestos no para recibir buenos servicios (eso importa poco) si no para mantener una industria, la de la política, que genera un estrato social cuya productividad está más que en entredicho. Recuerdo las palabras del diputado de podemos, Alberto Rodríguez, condenado por patear a un policía y que al dejar su escaño en el congreso ha declarado: Vuelvo a ganarme el pan, dejando claro que en la política ¡¡¡No se lo ganó nunca!!!

No, no es una novela, es el país en el que vivimos. Es el país que nos están imponiendo, el país que nos están dejando. Nos prohíben vivir, nos prohíben alcanzar la libertad. Nos están convirtiendo en esclavos, con Neflix y porros. No puedes anunciar chocolate en tal o cual canal pero si quiero que sea legal fumar porros sin más. Trabajamos para pagarles la fiesta y en muchos casos trabajamos y no podemos pagar nuestras facturas, trabajamos y somos pobres. Si la unidad del trabajo está por debajo de la recompensa económica y social deberíamos plantearnos que algo no funciona. Y que nadie piense que con el salario mínimo interprofesional se arregla esto porque existen unos seres que se llaman autónomos, que son como de otro planeta; trabajan, no se quejan y pagan más que nadie. De hecho, pagan por trabajar!!! Oiga!!! ¿Y si me dejan trabajar sin pagarles y me gasto ese dinero en un seguro privado?

No se olviden, cada vez que les prohiban algo piensen que está fracasando la educación. Estamos fracasando como país y estamos cada día más cerca de un socialcomunismo de salón en el que ellos te dicen lo que tienes que hacer, comer, beber y pensar mientras ellos mismos viven una realidad muy diferente. Miren y comprueben como se vive en un país comunista, los que mandan son muy ricos y los mandados muy pobres. Es lo que ellos quieren, yo prefiero que impere el prohibido prohibir… ¿y usted?

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